lunes, 14 de mayo de 2012

Simplemente no te quiere

Sentir que serías capaz de hacer cualquier cosa por verlo sonreír día a día, y por formar parte de su alegría... cualquier cosa, inclusive apartar tu dignidad y aceptar una entrega inferior a la que mereces, abstenerte de una relación llena de amor, a cambio de poder quererlo. ¿Es haber perdido, en el camino, un poco la cordura? ¿Aceptar migajas, pedir migajas, y que ni siquiera eso te sea otorgado? ¿Que el otro, en su afán de verlo todo complicado, te restriegue en el rostro que NO QUIERE COMPROMETERSE NUEVAMENTE CONTIGO, y tú, te aferres a los recuerdos, a lo que una vez fueron, y desear con todas tus fuerzas que lo que él está diciendo sea una mentira, una frase dicha con miedo, con temor a fracasar, pero que el amor prevalezca ante todo? ¿Es tener miedo a avanzar? ¿Es, en realidad, tener miedo a olvidar? O, simplemente, es que me cuesta trabajo romper con patrones y rutinas. No lo sé. Sólo estoy consciente de que hoy sometí nuevamente mi voluntad a su albedrío, y su libertad no quiere escogerme a mí. Y me siento estúpida, rogándole que se quede a mi lado, aunque no tengamos un vínculo formal... pidiéndole, por favor, que simplemente me quiera como yo lo quiero a él, con todo lo que soy. Que recuerde lo hermoso que fue estar juntos, y no se marche, que no me aparte, que no me olvide. Conteniendo las lágrimas cuando dice algo que, juro por dios, no quiero oír. Tratando de sonreír ante su rechazo, guardándome las ganas de gritarle que es un idiota por perder a alguien como yo. Que soy buena, que soy bonita, que tengo un gran corazón, que tengo miles de virtudes que él es incapaz de ver y, por sobre todas las cosas, que lo quiero con tanto de mí, que ya no puedo vivir un día sin saber de él. Es terrible, es una sensación horrible. Es lo peor que podía pasar. NO TENGO IDEA DE COMO VIVIR SIN ÉL. Pero él es muy feliz sin mí.
Quisiera arrancarme el hipocampo y no recordar más. Quisiera arrancarme los ojos para no verlo más, arrancarme las manos para no tener la tentación de escribirle. Desearía poder ser como él, y apartarlo de mi mente, resetearme, borrarme, y no tener estas ganas de llorar que me comprimen el pecho y me impiden enfocarme en lo realmente importante... porque, para él ya no soy importante. Soy una molestia, un estorbo. Y pensar que alguna vez me dijo que jamás me haría daño y jamás se alejaría de mí, que nunca me olvidaría. Qué bonito es mentir. 

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