viernes, 1 de agosto de 2008

Està lloviendo


El sonido del agua al repicar contra el techo de la habitación me mantiene absorta. Cae desde el cielo vida. Aumenta el ritmo. Declina. Cortina de humo cristalizado se cierne sobre los grises y ahumados tejados de la ciudad. Quisiera salir. Abrir las ventanas supone un riesgo, pero no el suficiente para sentir como cada gota de agua entrega nuevas perspectivas a cada ser sobre el cual se posa el rocío del llanto de un mundo que no deja de gritar en silencio.


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