viernes, 5 de septiembre de 2008

En un lugar, más allá del infinito .-


Dejemos a un lado el odio y el rencor; la vida está hecha para disfrutarla en paz y armonía, pese a las caídas, pese al dolor, a la tristeza y a la agonía ... si no existiesen aquellos vocablos en nuestro léxico mundano, no hablaríamos de vivencias mortales: estaríamos en presencia de algo sagrado y divino ... y ya que erramos, caemos, y nos levantamos, somos humanos que viven y sonríen al compás de una canción .
Dejemos a un lado las heridas que el ayer nos provocó. Miremos al futuro con nuevos ojos, limpios y puros, sin lágrimas cayendo y deslizándose por nuestro rostro: que el Sol que vuelve a salir de entre la oscuridad seque el agua sacra que nace de nuestro espíritu adormecido por lo cruel de nuestro accionar , y que muere al creer encontrar otro motivo de felicidad .
Ignoremos las historias que con el correr del tiempo hemos construido ... Al menos olvidemos aquéllas que aturden a nuestras mentes con nefastas imágenes de un océano de recuerdos tormentosos . La vida empieza las veces que quieras, como dice el slogan de Esso XD
Aprende a vivir antes de morir ... Los animales aceptan, mientras que el ser humano siempre espera . Cambiemos aquellas grandes expectativas por el disfrute de los pequeños regalos que cada día recibimos: como gente sabia dice, "cuando una puerta se cierra, se abre una ventana".
Sólo quiero que seas feliz ... y tanto dolor y sufrimiento no conduce a nada más que destrucción . Sé que no es fácil olvidar el pasado, pq es olvidar tus raíces, lo que te ha convertido en la persona que eres ahora. Mas, el cerrar puertas no debe implicar olvido, o tal vez sí? Quizás debamos de observar para siempre el ayer, para que nunca caigamos en el error de no recordar lo que un día tuvimos, y que se desvaneció al atardecer, tras un largo año de infatigable lucha, tras una larga vida de esperanza y redención. Si pudiera cambiar tantas cosas ... Sí, muchas veces te he dicho lo mismo . No soy capaz de regresar el tiempo a cuando todo era perfecto; sólo soy capaz de entristecerme cada vez que a mi mente llega el recuerdo de lo que hoy está perdido, perdido en el infinito en el que debiéramos estar ahora. No importa el lugar, ni el tiempo incesante, ni cuántas veces giren las manecillas del reloj. En algún instante, el sol girará de forma irracional y, cuando lo haga, la vida será la muerte, y la muerte será vida. El tiempo confundirá su accionar, mas nuestras mentes y almas no estarán privadas de la cordura que sólo es capaz de entregar la emoción. Creo que no importan los parámetros físicos: mientras se siga vivo en espíritu, el tiempo es otro mero artífice más de una vida que comienza a derramarse desde el momento en que nacemos, como la sangre que fluye de las venas recién cortadas por un arma suicida. Estamos condenados a morir. Y aunque algunos se marchen primero que otros, el infinito es el lugar de encuentro entre los viejos habitantes y los nuevos viajeros.
No comprendo la magnitud de las cosas, no es así? Sólo entiendo lo que ahora escribo. No importa si, en la realidad, las cosas funcionan de otro modo. Sé que la vida no es vida si no sabemos que hay muerte.
Calma tu llanto, que en un súbito instante la vida trasmutará a otra forma de existencia más libre y, en ese instante, él estará esperándote, como siempre lo hizo, para que, juntos, puedan sonreír.
Eso es lo que quiero, que el tiempo avance rápido, para no percibir el atronador grito que de tus labios emana. Eso quería, que el tiempo se detuviera, para que estuviésemos juntos en la eternidad. Mas el reloj jamás dejó de correr, inseguro y temeroso, como siempre, creyendo que quería alcanzarlo para disfrutar un poco más la vida que ya no existe. Cómo te extraño, supieras cuánto. Cómo deseo que estés aquí.-
Aquella noche, cuando iba de regreso, pedí un deseo. Creí que en el infinito oirías el rumor de mi voz, suplicando que regresaras. Creo que, al final, mis palabras se las llevó el viento con su vanidad. Algún día, en algún parámetro ajeno a esta existencia u otra dimensión, reiremos juntos, todos juntos; juntos, como siempre debimos de haber estado, como nunca debimos dejar de estar. Y sonreiremos en Madrid, con el sol en nuestro rostro, sonriendo al infinito, en aquel infinito que ahora se complace al tenerte como huésped. Te extraño tanto, no imaginas cuánto.
Desearía que jamás te hubieses ido .


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